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#Torreón. SERES TACITURNOS

ALEJANDRO TOVAR

En el juego de futbol hoy en día, los únicos seres especiales siguen siendo los fans, los que hacen posible la rentabilidad de los clubes, los que aportan y claro, exigen. Si esa gente no tiene el espectáculo requerido y los protagonistas no poseen el nivel de calidad anímico y técnico apetecido, lo que sigue no pueden ser fragmentos visuales, sino verdaderas ruinas de la ficción.

Los tiempos y las personas cambian. Nosotros mismos, no somos ya los de antes. Hace años, aquella afición ávida de futbol y vida en primera, hasta aplaudía a alguno de los suyos si era expulsado, tal vez enviando mensaje de injusticia. Aquella afición si ganaba aplaudía a los árbitros al finalizar. Bonifacio, Mendoza Guillén y Yamasaki eran favoritos. Eran aves exóticas y libres.

La afición siempre tuvo consentidos, a quienes todo se les perdona. Tuvo favoritos y tuvo ídolos que son parte histórica de Santos Laguna. Este club, cuyos límites están en los entornos tiene una imaginación que lo ha llevado a todas partes, construyó un gran estadio que ahora mismo es el terreno de gente con economía clara, porque no cualquiera puede tener acceso a sus tribunas, no es para chicos que laboran en fábricas, talleres o maquilas, que antes eran lo que abundaba.

Hoy en la narrativa visual de la gente lagunera de este tiempo, es ver a decenas de jóvenes que van a tomarse “selfies”, a beber y hacer rollo con sus contemporáneos. Otros que van a tomar fotos a muchachas y señoras sin que ellas se den cuenta. Igual, volteas a la cancha y ves a los fotógrafos nuevos que si la pelota está lejana, ellos atienden su móvil y olvidan el juego.

El domingo, hubo gente que insultó, abucheó y se fue del estadio temprano. Otros corearon las jugadas de Pachuca y su gente, los goles y los yerros locales. Fueron mensajes comparados a la frase “la gente que te adoraba, puede llegar a odiarte”. Porque hay cosas inocultables. Que Acevedo, paloma voladora de palo a palo, ha recibido 31 goles en 14 partidos. Que los “refuerzos” sugeridos por una comisión del club cuya capacidad está en duda, salvo Brunetta, no funcionan, que su defensiva es tibia y vulnerable y lo que es peor, aparte de blandengues están extraviados.

Estamos en una epidemia de mediocridad que asusta. Ahora los medios juegan más que los atletas, como Vaca y Moisés con el América. Vucetich se apura a manipular ingenuos con su “no es para tanto” de Joao Rojas y el portero Andrada cuyos yerros hundieron a Rayados. De Herrera que vuelve a su estado natural y se hace expulsar. De Mohamed que lleva consigo hasta su gato. De Chima Ruiz, que tras perder con el colero da “un mensaje” y no acepta preguntas de reporteros. Del periodismo regio que no cuestiona a Tigres pero aguarda por las rencillas de Pizarro y Siboldi. En casa, es necesario sobrevolar un mito para construir un relato, pues Santos tal vez no alcanza ni la liguilla de doceavo. Igual, muchos quieren crucificar a Fentanes y si alguien llega, ¿será un mago que componga todo? Son imágenes irreales y solo hay una verdad: “Medios, directivos y afición, acompañan pero el futbol solo pasa por los jugadores”.

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