Uncategorized

#Torreón. Desde las alturas

AL LARGUERO PERSIGUIENDO SOMBRAS

Por Alejandro Tovar

Charles Clyde Ebbets (1905-1978) no era un fotógrafo común en Nueva York de los treinta. Se colaba a las construcciones gigantes de su tiempo y ejercía su gusto estético, hasta que David Rockefeller lo contrató como exclusivo, viendo su obra. Se hizo inmortal con su toma del grupo de obreros en la viga llamado “Almuerzo en el cielo” donde ellos comen y beben café e incluso fuman en las alturas de lo que ahora es Rockefeller Center. Fue el 20 de septiembre de 1932. Ebbets solo tenía 27 años. Esos 11 hombres en la cámara del artista poseen un misterioso poder visual, un atractivo silencioso que muestra locura y rebeldía, como un antídoto a la lógica,

De eso carece el mundo de hoy, de hombres con sensibilidad rica e imaginación, que trasmitan un sentimiento en general, en toda actividad y se nota sobremanera, sobre todo en los medios, pues la mayoría permite desear de algo diferente junto con el conocimiento pleno de su panorama, que nos permitan al auditorio y a la gente que lee, no solo comprender sino aprender, porque el comunicador debe ser como el maestro. Abolir la especulación y las notas superfluas como quien cierra un grifo a la esclavitud. Que haya en el aire informativo hombres y mujeres cuyos relatos eleven el nivel de calidad de los escuchas con historias que desaten la imaginación, con voces de alma y significado para superar con fé el inquietante paisaje social que nos rodea,

¿Nos hacen falta héroes o solamente profesionales auténticos?. Seguro que ambos, porque al menos en el mundo que tenemos a nuestro alcance el periodismo que vemos es de insulto y sarcasmo y cada día más con el uso de un vocabulario de barrio marginal que pasa como natural. De acuerdo que el medio del futbol mueve pasiones, dinero y muchas tentaciones de todo tipo pero este juego mágico e infinito debe ser tratado de otra manera, pintándose de ética.

Por eso se pregunta uno hoy, ¿es que el periodismo sirve de algo?. Ahora mismo, no lo parece, con todo y que hay más escritores que lectores o más locutores que oyentes pero va desapareciendo esa vieja magia del informador enterado, imparcial, responsable y ético, cuya misión era tan clara como revelar visiones en el cuarto oscuro de los pensamientos ajenos. Hoy la ocupación es la de hurgar en las dichas ajenas en vez de asaltar valientes, el banco de las ideas.

Mirar es central para un periodista, Mirar donde aparentemente no pasa nada, Aprender a mirar aquello que creemos saber cómo es. Se debe abrazar al futbol, protagonista de alegría, de ira y depresión, de silencios y penurias. Los comunicadores profesionales, deben ser como los educadores, guardianes de la civilización. ¿O será que los verdaderos deseos no comparecen porque la mayoría de las personas no nos decimos la verdad?. Que no despierten los fantasmas ni resuciten los miedos, que ultrajar la verdad no se convierta en un arte permitido.

Comparte esta historia!.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *