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#EL CHAPO Y LOS CHAPITOS

El narco Joaquín «El Chapo» Guzmán, quien está preso en Estados Unidos, ha tenido al menos 10 hijos con tres mujeres.

Cuando fue detenido en 2016, cuatro de sus hijos tomaron el control de gran parte del cartel de Sinaloa.

Según diferentes informes, los cuatro herederos del imperio de droga -los llamados «Chapitos»- son Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.

La Fiscalía General de la República de México señala que el imperio de drogas que «Los Chapitos» heredaron de su padre cuenta con al menos 5.000 hombres armados y controla el trasiego de drogas en la zona norte y oeste de Sinaloa, y la totalidad de los estados de Nayarit, Chihuahua y Baja California Sur.

El Departamento de Estado de Estados Unidos incluye a los cuatro hermanos en su lista de criminales buscados por la justicia de ese país y ofrece hasta US$5 millones por cada uno de ellos. Y cataloga tanto a Iván Archivaldo como a Jesús Alfredo como miembros «de alto nivel» del cartel de Sinaloa.

Antes de que «El Chapo» fuera arrestado, ambos lo habrían ayudado a coordinar el transporte de drogas desde el centro y sur de América hacia México para posteriormente trasladar los narcóticos a Estados Unidos.

Algunos expertos señalan que, de los cuatro hijos, Iván Archivaldo es quien ahora tiene mayor influencia en el cartel de Sinaloa y fue él quien habría logrado la liberación de Ovidio durante el primer intento de las autoridades mexicanas para detenerlo en 2019.

El Departamento de Estado informa en su sitio web que Ovidio y su hermano Joaquín desempeñan funciones de mando y control de alto nivel en su propia organización de tráfico de drogas (a la que el secretario de Defensa de México se refirió como «Los Menores») bajo el paraguas del cartel de Sinaloa.

Las autoridades estadounidenses indican que los hermanos Guzmán López estarían a cargo de unos 11 laboratorios de metanfetamina en el estado de Sinaloa que producen un estimado de más de dos toneladas de esa droga por mes, para distribución a Estados Unidos y Canadá.

Y se les vincula con el contrabando de grandes cantidades de efedrina a México desde Argentina para la producción de metanfetamina.

«Hay informes que indican que Ovidio Guzmán López ha ordenado el asesinato de informantes, un narcotraficante y un popular cantante mexicano que se había negado a cantar en su boda», apunta el Departamento de Estado de EU.

El diario mexicano Milenio explica que el nombre de «Los Menores» surgió porque así llamaba «El Chapo» a sus hijos Ovidio y Joaquín.

«Los Chapitos», mientras tanto, es el nombre que han usado los medios para referirse a los hijos del Chapo.

«Pero coloquialmente a los cuatro hermanos se les conoce como «La Chapiza», señala el diario, para identificar a los grupos que obedecen órdenes de los hermanos y a quienes obedecen a Ismael «Mayo» Zambada, con quien comparten el poder del cartel de Sinaloa.

En efecto, desde que «El Chapo» fue encarcelado, los cuatro «Chapitos» quedaron en el centro de una lucha interna de poder en el cartel de Sinaloa, enfrentados con el único miembro restante de la «vieja guardia» de la organización criminal: El Mayo Zambada.

«Si bien ninguna de las partes ejerce el tipo de dominio que dejaría en claro quién está realmente a cargo de las actividades delictivas del grupo, no ha faltado el derramamiento de sangre mientras las dos facciones internas luchan», indica Insight Crime, el sitio web de investigación de crimen organizado.

«Desde que El Chapo fue arrestado en 2016, los Chapitos han estado en desacuerdo tanto con ‘El Mayo’ como con su tío, Aureliano Guzmán Loera, alias ‘El Guano’, por el control de las operaciones del grupo», agrega. «Y como resultado, las feroces batallas entre los dos bandos han continuado por años».

Pero Insight Crime indica que aunque ambos bandos no logran llegar a un acuerdo sobre cómo debe operar el cartel de Sinaloa. «Hasta ahora las divisiones internas no han desbancado al grupo de su puesto como una de las organizaciones criminales más poderosas de México».

Los expertos coinciden en que el arresto de Ovidio Guzmán fue una oportunidad para que el presidente Andrés Manuel López Obrador reivindicara su posición tras la operación fallida, hace más de tres años, para capturar a Guzmán López.

Pero es poco probable que la captura tenga un impacto significativo en las operaciones del cartel.

«En estos días hay que recordar un hecho inescapable: la detención de un capo, por vistosa que sea, no altera fundamentalmente los patrones del tráfico de droga», escribe en el diario El Universal el analista Alejandro Hope.

«Si la captura y extradición del Chapo no destruyó al negocio de las drogas, es difícil suponer que la detención de uno de sus hijos tendrá efectos más potentes», agrega.

Tampoco se piensa que la captura de Guzmán López vaya a reducir la violencia vinculada a las drogas que azota a México.

Fuente BBC

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