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# ¿Insensatez?

 ¿Insensatez?

Por Alejandro Tovar

Por más que el hombre defina y perfile el concepto del amor a través de narraciones fantásticas, este Mundial nos deja el sabor del hombre que despierta de pronto a media noche, con tardanza para entender lo que sucede en el entorno. No aparece el fuego de la imaginación, pues lo que ocurre es previsible, si acaso sobresale la presencia inglesa con seis dianas fulgurantes.

Estamos en desacuerdo con la realidad porque el conocimiento nos ha vuelto escépticos y está claro que la literatura no mejora a sus lectores pero los hace más lúcidos, les amplía su horizonte y les hace menos vulnerables a la infelicidad inducida por los medios e intereses que circundan al futbol, que hace tiempo dejó de ser un deporte y se indujo al valor que mueve al mundo: el dinero, el negocio. El oro y la plata deslumbran y transforman. Se han apoderado del balón..

No se extraña pues que Gianni Infantino (52) el presidente de FIFA acuse de hipocresía a medios y países europeos porque han criticado a Qatar por su intolerancia, represión, violación de los derechos humanos y homofobia. Se dice “cansado de los comentarios de una doble moral” lo que le muestra como solo un eslabón de una riqueza que lo tiene todo por su poder avasallador, que en su momento consiguió la sede con ello. Como dicen, “es el Mundial del dinero”.

Dentro de esas profundas pausas sentimentales, se acusa la serenidad de los iraníes guardando silencio ante su himno, como protesta por la ola represiva de su régimen tras la muerte de la joven Masha Amini por la policía, quizá en un deseo que va más allá y pretende una vida libre y sin ataduras. Todo convulsiona en el mundo pero no ves que el tiempo que vaya a venir, sea mejor.

Porque Qatar tendrá mares de dinero y estadios ultra modernos que serán monumentos después de la competencia, pero no tiene futbol. Eso no se compra con plata. Como igual, nuestras dudas que hoy quedarán disipadas con el equipo de Martino, otro millonario pues ha cobrado en México más de lo que no hizo en sus 20 años de carrera y hoy llega a su hora cero, porque el problema no parece ser Lewandowski, sino el funcionamiento de los verdes.

Esa oleada de pesimismo generalizado se ratifica o se desaparece este día. Todos queremos que se torne en ilusiones pero la sombra de la incertidumbre nos aplaca. La gente va creyendo que México necesita de héroes, en medio de esta fiebre donde los intereses económicos y hasta políticos se adueñan del balón. La comercialización es infernal y las cadenas de tv exhiben sus limitantes sin videos, con otros que buscan que haya humor entre gente de emociones bloqueadas

La escencia de la vida es ser libre y feliz, aunque es difícil hacerlo en este mundo de víctimas y canallas con un pasado sucio que sigue volviendo siempre, como ahora. Pero claro, el futbol puede vivir sin nosotros, aunque ¿nosotros podremos vivir sin él?-

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