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#Torreón. Gracias Oribe

AL LARGUERO EN LA PIRA DEL TSM

Por Alejandro Tovar

Los niños de San Isidro éramos fans del Laguna con el arte y técnica de Ramón Romero, la franja derecha toda para un carrilero adelantado a su tiempo, “Gato” Gómez. Un cañonero especial en Raúl Saucedo, un todoterreno como Enrique Yassín y una zurda ejemplar en su hermano Jaime. Todos encandilados por la viveza y olfato goleador de Crí-Crí Fernández y las atajadas de Esteban Méndez en un ambiente exótico y rutilante, rupestre y romántico con tendencia a un alto drama. Como fue luego con Lupercio, Villalpando, Herrera, Coyota, Alvarez, Pato, Salinas y compañía.

Al otro domingo, todo de blanco, el Torreón de Elías Aguilar, con sus cabezazos y grandes goles, el tesón de Pepe Zamora, la constancia de Vilchis, la zurda de Puentes, las galopadas de Trigo, el moderno estilo de Coruña Chavarría, la disciplina de Lima, el vuelo apasionado de Salvador Kuri, como antes Vega, Ibarreche, Nieves, Pituka, Juan Romero, han sido tantos. Todos ellos igual que los fans que los vimos, somos como agua de río, porque eso somos los humanos que pasamos.

Seguro que la crueldad nos atraía a todos porque éramos carne de cañón desde las dos de la tarde en el infierno de nuestra cancha y desaparecido el Torreón y a la vuelta con Santos Laguna, vimos desde Puma Rodríguez , a Juan Alberto Flores, a Daniel Guzmán junto al artista del balón Ramón Ramirez y después el atleta Galindo, cuyo talento, golpeo y cerebración eran notables, junto a ellos muchos notables pero con Adomaitis y Apud como nuestros nuevos profetas.

Hemos visto decenas de jugadores, algunos más versátiles y otros menos románticos y cada cual puede tener sus favoritos pero nadie puede desprenderse de la mente a la dupla de Jared y Pony Ruiz, que eran el arco y la flecha. El rematador certero e implacable y el servidor ideal, como después Darwin con Oribe, que pesa más porque es uno de los nuestros. Toda esa gente, con muchos otros más, nos sometimos al mundo que esos grupos y sus líderes fueron creando.

De Alejandro Irarragorri se discuten muchas cosas pero él continuó la tarea iniciada por el difunto José Miguel Muguerza para hacer una gran institución. Alejandro hizo el estadio que se ambicionó por generaciones, hubo liguillas y campeonatos y Santos puede ver de frente a todos. No tiene las nóminas de los regios pero si posee 30 puntos y viene dentro de los primeros cuatro.

Nadando entre tiburones, Fentanes ha sorteado luchas contra propios y extraños, con un plantel limitado, con sus zagueros centrales lesionados e incluso con actitudes ridículas e increíbles como la del argentino Correa enfrentando a su gente y rechazando a compañeros a la vista de todos. Le va a costar reconciliar a la afición y debe ofrecer una disculpa en presencia, no filmada.

Es también un reto para sus dirigentes, que veremos si lo esconden para evitar que comparezca, lo que no beneficiará a nadie pues un pasado sucio sigue volviendo siempre y deben hablar de frente y claro. Una institución como ésta debe intervenir con energía, valor y celeridad. Todos sabemos que la gente no olvida y no pensar en lo que no se puede controlar ni desaparecer.

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