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#Torreón. Don Felipe Por Francisco Luna Vanegas.

De las personas que siempre me daba gusto ver, platicar, bromear, comer, tomarme una cerveza o un Batopilas o sotolito de Torrecillas o un mezcal de Nombre de Dios, era Don Felipe, no se diga cantar, me gustaba mucho oir su voz como de tenor, tenía mucha potencia, además le imprimía mucho sentimiento, sobre todo cuando le cantaba a su esposa.

Supe que empezó a trabajar desde muy chico como soldador, oficio en el cual se convirtió en todo un Maestro. Fue Maistro y Maestro, ya que su oficio lo llegó a enseñar en el Cetis 47 situación que le requirió una mayor preparación sobre todo teorica ya que la práctica de más de 30 años estaba siempre presta.

Era un hombre rudo por su formación, pero lo ablandó su primer hijo, Felipe Enrique, luego el segundo Francisco Javier, más aún cuando nació su primera hija Iliana, luego Máximo Napoleón, pero sin duda se perdió cuando nacieron sus nietecitas y nieto (Zyanya, Nathaly, Jorge Eduardo y Valeria). Que gusto le daría saber que próximamente está por ser Bisabuelo.

Fue de las personas que no te decían te quiero o te amo, pero que con sus acciones te lo hacían sentir y si lo hacía era de noche cuando creía que ya estaban dormidos, les tocaba la cabeza y se oía murmurando «Te quiero hijo(a)». Sus acciones eran más que sus palabras, por ejemplo cuando la quincena no alcanzaba y a solicitud de la esposa siempre brindaba el apoyo y un respiro que siempre se le agradecerá.

Cocinaba bien rico, hígado encebollado con chile serrano, tripitas, discada, mojarritas fritas, carnita asada, caldito camarón que disfrutábamos en la desvelada de navidad o de año nuevo, hacía también unas ricas mermeladas de higo.

Era un hombre fuerte a sus más de 70 años, solo una enfermedad cómo el cáncer pudo hacerlo que le bajara de ritmo, pero aún así con toda su fuerza y voluntad estaba dispuesto a no rendirse, hacer todo lo posible por vivir por él y su familia. Otra gran lección que diste y que se te agradece, creo yo la más grande que me diste.

Hoy cumples 15 años de tu partida y se te recuerda con Amor, respeto y agradecimiento, gracias por dejarte ver en sueños, nos alegra tanto a todos.

Sigue cuidando de mamá, de tus hijos y nietos, de tus hermanos y sobrinos, así como de los amigos que te ayudaron a ser lo que fuiste un Ser sencillo y a la vez muy especial y querido por quienes te conocieron.

Y como te lo dije cuando fuimos a despedirte y como te lo digo siempre «Gracias querido Papá, gracias por todo, por rifártela como lo hiciste, por no rendirte por cumplir maravillosamente tu misión.

Gracias Don Felipe de Jesús Luna Chávez, gracias Jefe.

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