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#¡Candor! El hombre que amaba a los perros. POR ABDÓN GARZA

¡Candor! El hombre que amaba a los perros.

Leonardo Padura. c2009 765 p Tusquets Editores España

Tapa: Trotski en Francia 1933

«La explosión que esperaba el periodista inglés con cara de caballo, y que Kotov le había anunciado con conocimiento de causa, al fin se produjo. La leña seca del odio y el miedo, que tanto abundaba en España, solo necesitó de un fósforo, colocado con precisión, para que ardiera la pila en la cual, como muchas veces diría Caridad, se había purificado la República», *p227

Este escritor es reconocido, entre otros textos brillantes, por su novela negra, donde la habilidad y sexto sentido del recurrente bebedor de cerveza y ron; Mario Conde, resuelve los casos más complicados en La Habana, Cuba; que ningún otro policía investigador es capaz de hacerlo, toreando los resabios del enfermizo pasado comunista y su perverso ojo-Stalin-brother que todo lo jodió, así como la proclividad por el escarceo carnal en busca del amor.

-4 capítulos en Netflix relatan sus 4 estaciones-

Leonardo Padura Fuentes, La Habana, 1955. Investigó, -más de 30 años- encontró y consolidó un trabajo sublime. La novela histórica del hombre maldecido por sus convicciones ideológicas y políticas, aquél que ayudó a forjar una revolución, la segunda del siglo XX, donde la clase trabajadora, -el prole- liderados por Vladímir Lenin y Leon Trotsky, tomaría el poder, tumbando Zares, aristócratas y todo lo que estorbara a la utopía colectiva. Los Soviets, Bolcheviques y la Duna aparecen y sin importar alianzas y pactos, y mucho menos el respeto y condescendencia por los camaradas, a la muerte del líder, la cabeza de la hidra se rompe en gajos y, sálvese quien pueda, la depredación y la antropofagia muestran el horror de la brutalidad de este sistema político en ciernes, no así la inquina- exquisitez-pero-de-perversa-sutileza-por-la-pedagogía-doctoral-para-matar. Un ingenuo sueño convertido en la peor de las pesadillas.

Desde las estepas de los Gulags al recorrido nórdico pasando por la Europa occidental, convulsionada por los prolegómenos de Hitler-Mussolini-Franco-Tito y demás sátrapas, el hombre que amaba a la naturaleza y a los animales, en general y a los borzoi, en particular -con su inseparable Maya- iría dando tumbos, penando y maldiciendo su condición de Paria que jamás encontró paz pero si un remanso folclórico de colores, sabores y olores en nuestro país en el segundo lustro de la década de los 30’s del siglo XX. Gobernaba el magnánimo General Lázaro Cárdenas Del Río, los buenos oficios y los tamaños de artista de Diego Rivera y Frida Khalo fueron determinantes para que no obstante ir contra la corriente del establishment ProStalin-anti Trotsky, la diplomacia nacional mostrara su mejor cara, la del hospedaje hospitalario con sabor a molcajete. La casa Azul de Coyoacán y después la del Fortín serían la escenografía durante 3 años para la familia del letrado, en condición de exiliado político, sin que ello impidiera el hostigamiento a través de la prensa de los hijos del odio, los adoradores de Stalin.

Lev Davídovich Bronstein, León Trotsky, de ascendencia judía, enfrentó a su némesis, Iósif Stalin, en territorio azteca, una batalla perdida desde 1924, fecha en que muere su socio marxista leninista, y en su periplo de muerte, cada vez que el ideólogo refiriera la degradación humana del advenedizo Stalin, éste se esmeraba por eliminar todo lo que se asociara con su enemigo; libros, textos, ascendencia, descendencia…proscribirlo por siempre y para siempre de la faz de la tierra.

La novela comparte un

Mea culpa ideológico, social, político y cultural personal y colectivo de las generaciones cubanas posteriores al fastidio de los dictadores de derecha pero transmutados a la esquizofrenia del comunismo marxista-leninista.

La descripción de las miserias y bondades espirituales de Iván, el escritor no escritor, del ambiente de rencores de una familia catalana acomodada pero envilecida por el desdén afectivo, por la violencia intrafamiliar y el odio focalizado por las ideas del momento y que encontraría su caldo de cultivo en la relación paramilitar madre hijo -siempre la Madre Rusia- donde, al tiempo, el imberbe fue seleccionado, ideologizado y entrenado ex profeso por la temible, Policia Secreta Rusa, NKVD, antecedente de la KGB, especialista en envenenar conciencias, mutilar razonamientos, torturar y matar para preparar a asesinos fríos, sigilosos y profesionales. El resultado cuajaría en el homicida del piolet y héroe ruso -porque mataría al estorbo revolucionario- Ramón Mercader y sus todos alias. -aunque en las postrimerías de su muerte tendría la certeza de haber sido envenenado por los mismos camaradas que años atrás le habían pervertido el alma, y ahora le descalcificaban su sistema óseo, como maldición y sentencia bíblica; una muerte lenta, dolorosa y segura-

La abyección del uso del poder que sobaja a la humanidad, la envilece y la convierte en un desecho biológico.

Dos hombres, el revolucionario y el agente secreto, quienes perpetuaron su lazo de vida-muerte en las páginas de la historia de la primera mitad del siglo XX, en el approach -todo el entrenamiento del killer para meterse hasta el tuétano en la intimidad del hombre más vigilado y cuidado de México- también por su fervor por los canes más listos del mundo, los galgos borzoi rusos.

30 años después de uno de los asesinatos político más importantes de la centuria, Trotsky, mimetizado por Mercader, emularía en las playas cubanas al hombre que amó a los perros y pasearía a los elegantes y únicos borzoi en un encuadre discordante, pensaría Iván, el escritor, veterinario y amante de los animales -pues esos animales no pertenecen a esta geografía- pero suficiente para que el escritor no escritor anclara la necesidad de compartir esta historia, las confesiones del agente de las mil identidades y con ello, testimoniar al personaje, al intelectual, para darle la vuelta al proscrito por Stalin y conozcamos en toda su humanidad a Lev Davídovich Bronstein.

«La llama de un fósforo dura sólo unos segundos, pero es capaz de incendiar un bosque»*

*Salvar el fuego, ed. Alfaguara/ Penguin Random House, c2020 p. 659

AGV

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