Pertinentes consideraciones de mi amigo, Roberto Rodriguez en torno al acuerdo del INE para las elecciones en el estado de Coahuila.
Pertinentes consideraciones de mi amigo, Roberto Rodriguez en torno al acuerdo del INE para las elecciones en el estado de Coahuila.
Estimado Amigo Abdón:
En relación al acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobado el 30 de julio mediante el cual se reanudan los procesos electorales en Coahuila e Hidalgo y se establece el domingo 18 de octubre como fecha para la celebración de la jornada electoral, me permito hacerle llegar algunos comentarios.
El acuerdo del INE fue adoptado por una muy amplia mayoría (diez votos a favor y solo uno en contra) y después de más de cuatro horas de discusión.
En mi opinión el acuerdo se sustenta en cuatro consideraciones fundamentales. La primera se relaciona con una prevención de carácter epidemiológico: Ante la persistencia del coronavirus Sars Cov2, causante de la enfermedad Covid-19, resulta preocupante que confluya con el virus de la influenza estacionaria cuyo ciclo se prevé inicie a finales del mes de octubre del presente año.
Nadie se atreve a pronosticar las consecuencias que provocará la concurrencia de estos dos virus infecciosos durante los meses de noviembre, diciembre y enero, sobre todo cuando hemos visto que la pandemia se ha extendido por mucho más tiempo de lo que se había previsto inicialmente y a la presentación de rebrotes en países que supuestamente habían salido de la epidemia.
El acuerdo para celebrar la jornada electoral el 18 de octubre busca evitar esa preocupante situación, toda vez que establecer una fecha posterior a esa tendría consecuencias difíciles de imaginar.
Una segunda consideración es básicamente de tipo electoral: Si la jornada electoral ocurre el 18 de octubre habrá suficiente tiempo para que las instancias jurisdiccionales (Tribunal Electoral Local y Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) desahoguen y resuelvan todas las impugnaciones que pudieran presentarse y calificar las elecciones antes de la fecha en que los electos deban tomar posesión de sus cargos.
Aquí es conveniente recordar que, en caso de que no se realice la renovación del Congreso de Coahuila antes de que la actual legislatura termine su período, se producirá una crisis de constitucionalidad. Mientras que la falta del titular del poder ejecutivo estatal y de los ayuntamientos puede superarse al designar a un gobernador interino o consejos municipales, no hay mecanismo constitucional para superar la falta del Poder Legislativo Local.
Por supuesto que la “extensión de mandato” de la actual legislatura es clara y evidentemente inconstitucional. No solo viola principios constitucionales que rigen nuestra forma de gobierno sino que vulnera gravemente los derechos político electorales de los ciudadanos al despojarlos de su derecho a votar y ser votados, cosa que es inadmisible en un régimen democrático.
La tercera consideración se relaciona precisamente con la vigencia de los derechos político electorales que sustentan la forma democrática de gobierno.
En una de sus intervenciones Lorenzo Córdova, Presidente del Consejo General del INE, expuso que en México, a pesar de la pandemia, los órganos del Estado no han suspendido las garantías individuales, ni han vulnerado los derechos humanos con medidas coactivas o el uso de la fuerza pública, como ha ocurrido en varios países. Luego entonces resultaría paradójico e incongruente que en México se suspendieran los derechos político electorales de los ciudadanos al despojarlos de su derecho a votar y ser votados.
No hay colusión irremediable entre los derechos humanos a la vida y a la salud y los derechos político electorales de los ciudadanos, que también son derechos humanos. Es decir, el ejercicio de unos derechos no necesariamente impide el ejercicio de otros, más bien se trata de armonizar el ejercicio y la protección de todos esos derechos.
Nadie en su sano juicio puede estar en contra del hecho de que, a pesar de la pandemia, hay actividades esenciales que deben desarrollarse, como los servicios públicos de alumbrado o recolección de basura, la seguridad pública, la distribución de gas, energía eléctrica, gasolina o la venta de alimentos. Entonces habría que determinar si el ejercicio del derecho a votar y ser votado es una actividad esencial o no.
Para mi es claro que es una actividad esencial. El ejercicio del derecho al voto, en elecciones periódicas y democráticas para elegir libremente a nuestros gobernantes y representantes, es la esencia de nuestro Estado Constitucional de Derecho. No solo se trata de las elecciones en Coahuila e Hidalgo, sino de las elecciones de 2021 y de las futuras elecciones. Nuestro régimen democrático no puede sobrevivir sin elecciones.
La última consideración tiene como propósito establecer los límites del acuerdo adoptado por el INE. De manera clara se establece que si en cualquier momento la autoridad sanitaria decreta un estado de emergencia sanitaria que haga necesario el confinamiento de los ciudadanos, los procesos electorales se suspenderán en automático.
Es decir, ante la contingencia de que las autoridades competentes en materia sanitaria determinen que el riesgo epidemiológico hace inviable la celebración de la jornada electoral, ésta será suspendida.
Ahora bien, debe quedar claro que no se tratará de una jornada electoral “normal”. Las mesas directivas de casilla deberán contar con material de protección; A los votantes se les deberá tomar la temperatura antes de ingresar a la casilla; Se deberán establecer infinidad de rígidos y eficaces protocolos de protección. Enumerarlos rebasaría el tema que nos ocupa, pero deben de ir desde pedir que cada votante lleve su bolígrafo hasta disponer que la credencial de elector solo deberá mostrarse y no entregarse; Desde señalizar los lugares en la fila de votantes para garantizar la sana distancia hasta multiplicar el número de casillas para evitar saturaciones.
Para celebrar elecciones en la llamada “nueva normalidad” se requerirá una gran responsabilidad, no solo de las autoridades, sino fundamentalmente de los ciudadanos.
No puedo dejar de mencionar que este acuerdo ya ha sido criticado aún antes de que se hubiera adoptado. Algunas críticas, las menos, serán de buena fe y deberán coadyuvar para adoptar mayores y mejores medidas de protección a la salud de los votantes. Pero otras, la mayoría y más furibundas, son producto de los cálculos políticos de partidos que consideran que obtendrían alguna ventaja electoral si las elecciones se prorrogaran hasta el próximo año. Al tiempo… tiempo: Ya veremos a los que hoy predican el pánico, acarreando votantes el día de la jornada electoral. Incongruencias de los políticos mexicanos. Ya qué
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