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Mortaja por Abdón Garza Vanegas. Para Alex

Mortaja

por Abdón Garza Vanegas.

Para Alex

Más de doce años convivió, jugó, abrazó y ronroneó con mi hijo quien recién cumplió 15 y se graduó de la Secu. Fue su gran amigo, compañero inseparable. Soporte emocional y apego irrestricto, sin condiciones ni fisuras. En cada cambio de casa, él, Choki, -color chocolate- siempre iba protegido por su gran protector; su Bro, su Partner, su Carnal mayor, Alex.

De genio avinagrado, si no le caías bien te lo hacía saber, en más de una ocasión sus pequeños pero filosos dientes fueron su marca distintiva. Que cosas no?! una miniatura de 20 centímetros y escasos 3 kilos puso a sudar a más de uno con pesos de piedra y estaturas por los cielos. Impensable y siniestro para cualquier adversario pero para el terror de la casa

NO.

Un día sí y otro también, expresaba su forma de ser, tierno y juguetón pero si lo regañabas o te excedías en cariños toscos entonces aparecía la Fiera.

En un paseo por el parque del barrio lo dejamos libre, libre soy; feliz, recorriendo la milla, entonces, de repente apareció un enorme Pastor Alemán, su dueño lo soltó, cojimos al Choki, lo llevamos a la banca, la familia muégano en acción, se acercó el gigante, miró, olió y tanteó muy cerquita a Choki, face to face, Gosh; éste, imprudente e irreverente, le gruñó, un gruñido eteeerno, sin pestañear, mirándolo fijamente, el bicolor se retiró. Uff! Chiquito pero picoso decimos en nuestro país, así son los Chihuahuas; escandalosos, chiflados pero tiernos, muy querendones.

Esta semana partió, seguro ya está jalando la túnica de San Martín de Porres -Santo mulato protector de animales- para avisarle que llegó, no tendría porqué hacerlo pero Choki es Choki.

Alex, Caro y yo muy agüitados al verle desmejorado, y llevarle al doctor para escuchar una primera impresión pensando que podría sobrevivir. El

Médico Veterinario dijo que lo llevamos a tiempo para sacarlo adelante. Error. En menos de 24 horas nos lo entregaron. Amortajado. Según el parte clínico después de ver la radiografía su corazón estaba más grande de lo normal pero con el suero intravenoso y las atenciones en la clínica se pondría bien…

Las malas costumbres de Choki, y en general de esta raza -orinar y evacuar donde se le hincharan las ganas de hacerlo- nos obligaron a confinarlo en un cuarto y patio exclusivo para él pero sin áreas verdes. Hace más de un año, Alex, su protector, lo rescató y lo sacó al jardín trasero, Choki feliz porque tenia a sus pies un enorme jardín, y a sus pares, Richard y Maya; claro, de inmediato lo marcó de principio a fin. No dejó centímetro sin abonar. Esto nos motivó a llevarlo al pórtico, donde por fin pudimos limpiar sus desechos con más control y procurarle un jardín grande donde fuera feliz. Vaya que lo fue.

Atenciones desmedidas para un servidor cada que llegaba a casa y alertas desmesuradas para quien se arrimara al timbre.

Mi hijo encontró la forma de que conviviera al interior de casa sin que dejara huella en el piso. En una caja grande participaba a la hora de las viandas del regocijo de estar entre la raza. Alex, Caro, Maya, Richard y el perico, digo, digo, o sea, yo.

Doce años de felicidad para todos. Hoy lo lamento mucho pero también lo envidio porque Choki esa pequeñez de ser vivo estuvo tanto tiempo o más con mi hijo que su propio Padre.

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