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Adverse Times Represent an Opportunity for Mexico’s Power System By Ramón Moreno. CEO MITSUI POWER AMERICAS

Adverse Times Represent an Opportunity for Mexico’s Power System
By Ramón Moreno

The first sentence of Tolstoy’s “Ana Karenina” is as famous as the book itself: “Happy families are all alike; every unhappy family is unhappy in its own way.” Unfortunately, we are living through times of great anxiety for many families who have been hit by the deadly coronavirus, as well as for those who are losing their way of living due to the resulting economic crisis. This is true now in almost every country, but we could rephrase Tolstoy to say that crisis hits each country “in its own way.” Mexico is no exception.

It has been over a month since the health emergency was enacted in the country. The pandemic is pushing every social and economic sector to adapt as quickly as possible to this unexpected situation. At the same time, the government and businesses are trying to guess what will come next, in this return to “new normal”. Yet, short-term decisions on cash flow or debt cannot be addressed without an understanding of how to generate value in the mid-term and ensure a prosperous future.

The world we knew last year will never come back, but the pandemic that we are struggling with today will also fade away. How soon and what comes next are the big questions. Most projections on GDP growth point to a contraction of 6 to 12 percent. Mexican exports are expected to decrease to a similar level, although the WTO said a few weeks ago that Mexico will recover its export levels in as soon as in one year, faster than any other country in the region. Even if that happens, it is hard to imagine the Mexican economy going back to pre-COVID-19 levels earlier than two or three years down the road.

This is important for the power sector. For most OECD countries, electricity demand has been declining and has uncoupled from GDP growth. However, in Mexico, demand has increased by about 3 percent per year over the last two decades, closely linked to industrial consumption, and it is expected to continue to rise at the same level over the next 15 years. This meant that 70,000MW would have to be added to the system throughout the period 2018-2032. A common rule of thumb is that Mexico’s power demand increases 1.5 times the GDP growth rate.

Assuming that connection is still valid, Mexico’s power system landscape will change drastically with the economic crisis, at least in the short term. April posted a year-on-year reduction in power demand of around 10 percent, with a higher impact in the more industrialized northeast region and coast touristic areas. It is reasonable to conclude that this pattern will continue in the following months and that it will be a long way until demand goes back to the levels of 2019.
Even it sounds contradictory, this decline could represent an opportunity rather than a dramatic downturn. Mexico’s power system is in the process of modernizing and has evolved significantly in the last few years. Spot market prices are getting closer to those of more mature markets, and commercial and industrial consumers now have access to competitive tariffs from qualified suppliers.

However, to proceed down this path, the system requires a proper foundation that ensures reliability while also facilitating the introduction of new technology. There are three major areas to underpin this process. The first is regulation, which needs to be reviewed on subjects such as access to power grids, spot market sophistication, incentives for new firm capacity, clear rules on energy storage or enabling distributed energy resources, such as community solar energy.
The second is planning, which requires better coordination among the different actors. This means understanding the concerns of the government, consumers, generators, equipment manufacturers, service providers and other stakeholders in the power sector and working toward a common goal.

The third is to reinforce the transmission and distribution network. Technology is evolving rapidly, making renewable projects more and more viable and efficient “fuel savers”. On the other hand, new utility-scale combined cycles are economically difficult to justify due to uncertainty in the pace of cost reduction related to storage, among other factors. Finally, gas price is now in historic minimum levels but could increase in the near future if there is a decrease in associated gas production linked to oil price reduction. These threats and opportunities all point to transmission and distribution network as the fundamental, critical system to reduce electricity tariffs while enhancing power reliability.

Infrastructure systems evolve at a slow pace relative to the accelerated evolution of technology. This is valid almost everywhere, including Mexico. However, a temporary reduction in demand provides an opportunity for the country to strengthen its regulation, planning and power grid. At the end of the day, the production of reliable, affordable, and clean electricity will facilitate the economic development that Mexico is working hard to achieve for the good and happiness of Mexican families.

Photo by:
Ramón Moreno

EDITORIAL POR ABDON GARZA
¿QUÉ TIPO DE ENERGÍA DEBE PRODUCIR Y/O ADMINISTRAR NUESTRO PAIS?
01 junio 20

Ramón Moreno, CEO de Mitsui Power Americas en México, en este artículo propositivo y proactivo, asegura que los tiempos adversos -COVID 19- son una ventana de oportunidad para la producción de energía eléctrica en nuestro país.

De narrativa sencilla precisa la necesidad de proveer a la población mexicana de consumo doméstico, industrial y comercial por parte de la empresa rectora, Comisión Federal de Electricidad, del ídem que la obligará a cuadrar la estadística del consumo hasta el 2035 de forma sensata e inteligente para reconocer en la demanda del producto, una fórmula simple: costo-beneficio que se adapte a las exigencias de la industria que año con año se prevé que su crecimiento sea por el orden de un 3 por ciento, como lo ha sido hasta hoy. Todo ello conlleva la obligación técnica y ética de estar a la altura de las exigencias sociales. En consecuencia la energía eléctrica limpia y segura debe ser un axioma paradigmático en la aplicación de las políticas públicas.

La referencia literaria del escritor Ruso, Leon Tolstoi es muy bella. El gobierno puede y debe contribuir a esa felicidad haciendo lo que debe hacer.

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Tiempos adversos representan una oportunidad para el sistema de energía de México
Por Ramón Moreno

La primera frase de «Ana Karenina» de Tolstoi es tan famosa como el libro en sí: «Las familias felices son todas iguales; cada familia infeliz es infeliz a su manera. Desafortunadamente, estamos viviendo momentos de gran ansiedad para muchas familias que han sido golpeadas por el coronavirus mortal, así como para aquellos que están perdiendo su forma de vida debido a la crisis económica resultante. Esto es cierto ahora en casi todos los países, pero podríamos reformular Tolstoi para decir que la crisis golpea a cada país «a su manera». México no es una excepción.

Ha pasado más de un mes desde que se promulgó la emergencia sanitaria en el país. La pandemia está empujando a todos los sectores sociales y económicos a adaptarse lo antes posible a esta situación inesperada. Al mismo tiempo, el gobierno y las empresas están tratando de adivinar lo que vendrá después, en este regreso a la «nueva normalidad». Sin embargo, las decisiones a corto plazo sobre el flujo de caja o la deuda no pueden abordarse sin una comprensión de cómo generar valor a medio plazo y asegurar un futuro próspero.

El mundo que conocimos el año pasado nunca volverá, pero la pandemia con la que estamos luchando hoy también desaparecerá. ¿Qué tan pronto y lo que viene después son las grandes preguntas? La mayoría de las proyecciones sobre el crecimiento del PIB apuntan a una contracción del 6 al 12 por ciento. Se espera que las exportaciones mexicanas disminuyan a un nivel similar, aunque la OMC dijo hace unas semanas que México recuperará sus niveles de exportación tan pronto como en un año, más rápido que cualquier otro país de la región. Incluso si eso sucede, es difícil imaginar que la economía mexicana vuelva a los niveles anteriores a COVID-19 antes de dos o tres años después.

Esto es importante para el sector eléctrico. Para la mayoría de los países de la OCDE, la demanda de electricidad ha ido disminuyendo y se ha desvinculado del crecimiento del PIB. Sin embargo, en México, la demanda ha aumentado alrededor de 3 por ciento anual en las últimas dos décadas, estrechamente vinculada al consumo industrial, y se espera que siga aumentando al mismo nivel en los próximos 15 años. Esto significó que 70.000MW tendrían que ser añadidos al sistema durante el período 2018-2032. Una regla general común es que la demanda de energía de México aumenta 1,5 veces la tasa de crecimiento del PIB.

Suponiendo que la conexión siga siendo válida, el panorama del sistema de energía de México cambiará drásticamente con la crisis económica, al menos a corto plazo. Abril registró una reducción año tras año en la demanda de energía de alrededor del 10 por ciento, con un mayor impacto en la región noreste más industrializada y las áreas turísticas de la costa. Es razonable concluir que este patrón continuará en los meses siguientes y que será un largo camino hasta que la demanda vuelva a los niveles de 2019.
Incluso suena contradictorio, esta disminución podría representar una oportunidad en lugar de una dramática recesión. El sistema de energía de México está en proceso de modernización y ha evolucionado significativamente en los últimos años. Los precios de mercado al contado están cada vez más cerca de los mercados más maduros, y los consumidores comerciales e industriales ahora tienen acceso a tarifas competitivas de proveedores calificados.

Sin embargo, para seguir por este camino, el sistema requiere una base adecuada que garantice la fiabilidad y al mismo tiempo facilite la introducción de nuevas tecnologías. Hay tres áreas principales para apuntalar este proceso. La primera es la regulación, que debe revisarse sobre temas como el acceso a las redes eléctricas, la sofisticación del mercado al contado, los incentivos a la nueva capacidad de las empresas, las normas claras sobre el almacenamiento de energía o la habilitación de los recursos energéticos distribuidos, como la energía solar comunitaria.
La segunda es la planificación, que requiere una mejor coordinación entre los diferentes actores. Esto significa comprender las preocupaciones del gobierno, los consumidores, los generadores, los fabricantes de equipos, los proveedores de servicios y otras partes interesadas en el sector de la energía y trabajar hacia un objetivo común.

La tercera es reforzar la red de transmisión y distribución. La tecnología está evolucionando rápidamente, haciendo que los proyectos renovables sean cada vez más viables y eficientes «ahorradores de combustible». Por otro lado, los nuevos ciclos combinados a escala de servicios públicos son económicamente difíciles de justificar debido a la incertidumbre en el ritmo de reducción de costos relacionado con el almacenamiento, entre otros factores. Por último, el precio del gas se encuentra ahora en niveles mínimos históricos, pero podría aumentar en un futuro próximo si hay una disminución de la producción de gas relacionada con la reducción de los precios del petróleo. Todas estas amenazas y oportunidades apuntan a la red de transmisión y distribución como el sistema fundamental y crítico para reducir las tarifas eléctricas y, al mismo tiempo, mejorar la fiabilidad de la energía.

Los sistemas de infraestructura evolucionan a un ritmo lento en relación con la evolución acelerada de la tecnología. Esto es válido en casi todas partes, incluyendo México. Sin embargo, una reducción temporal de la demanda brinda una oportunidad para que el país refuerce su regulación, planificación y red eléctrica. Al final del día, la producción de electricidad confiable, asequible y limpia facilitará el desarrollo económico que México está trabajando duro para lograr el bien y la felicidad de las familias mexicanas.

Foto por:
Ramón Moreno

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