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REAL MADRID, TRICAMPEON DE EUROPA

Una obra de arte de Gareth Bale pasará a la historia del fútbol junto a la decimotercera Copa de Europa del Real Madrid. El Liverpool, un rival feroz, sobrevivió a la lesión de su estrella, Salah, pero no a los errores garrafales de su portero, Karius. El meta alemán regaló el primer y el tercer gol y, entre medias, asistió como uno más a la legendaria chilena de Bale, que había entrado a media hora del final y marcó un doblete.

El Liverpool, fiel a lo esperado, planteó una presión fuerte y alta. El Madrid lo acusó con varias pérdidas, especialmente de Casemiro, y la asfixia fue en aumento, sobre todo porque el Liverpool no sólo robaba sino que acechaba el área. Por suerte para el Madrid, Varane estaba muy rápido y atento para aparecer al corte.

El Madrid tardó un cuarto de hora en asustar a Karius, en una contra que Cristiano Ronaldo finalizó con un trallazo alto. A los blancos les costaba horrores sacar la pelota, que rara vez llegaba controlada a campo contrario.

El Liverpool asustaba cada vez más, y dispuso de la primera gran ocasión por medio primero de Firmino, cuyo disparo tropezó en Ramos, y luego en el rechace de Alexander-Arnold, al que Navas replicó con un paradón.

Los ingleses recibieron la primera mala noticia de la noche poco antes de la media hora, cuando Salah tuvo que ser sustituido por lesión, después de una mala caída en un agarrón de Sergio Ramos. Entró en su lugar Lallana, un centrocampista, y Klopp cambió el dibujo. Al poco, fue el Real Madrid quien perdió por lesión a Carvajal, sustituido por Nacho.

Los parones ayudaron al Madrid a frenar el ímpetu inglés. Cristiano Ronaldo, en fuera de juego, estuvo a punto de marcar, cosa que hizo Benzema aunque a la segunda sí anuló el árbitro la jugada. La primera parte terminó con el Madrid más asentado y una volea de Nacho que se marchó fuera.

La segunda parte comenzó justo al revés que la primera, con un Madrid dominador que encontró el gol de la forma más inesperada. Lo más lógico es que lo hubiera marcado Isco, que estrelló un balón en el larguero al tratar de superar a Karius. Sin embargo, fue el portero alemán quien lo regaló al ir a sacar en corto con la mano. Benzema, al acecho, sólo tuvo que estirar la pierna y el balón salió rebotado rumbo a la red.

Cuando lo más normal habría sido hundirse, el Liverpool reaccionó y empató acto seguido en un saque de esquina en el que Mané eludió la vigilancia de Marcelo.

Con media hora por delante, Zidane retiró a Isco y dio entrada a Bale, que en su primer remate legó una obra de arte. El galés cazó de chilena un centro de Marcelo y lo envió a la portería para asombro de millones de espectadores en todo el mundo.

El Liverpool decayó con el mazazo, anímica y físicamente, pero no Mané, que sacó un gran disparo lejano al poste. Coraje le sobra al equipo inglés, que con poco fuelle fue capaz de empujar al Madrid, cada vez más pendiente de resolver la final con una contra. Bale sirvió un pase sensacional a Benzema, que no pudo sentenciar. Lo hizo el propio Bale, con un disparo lejanísimo que Karius, otra vez negado, se encargó en convertir en gol, y en un nuevo título del Real Madrid en la Copa de Europa. La decimotercera

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