Inolvidable noche con el triunfo de los Guerreros
Los Guerreros tuvieron un gran regreso en el juego de ida de la gran final de la Liga MX, para doblegar 2-1 a los Diablos Rojos del Toluca, ante un apoteósico Estadio Corona.
El campeón goleador del Clausura 2018, Djaniny Tavares, así como el «Emperador» Julio Furch, aparecieron en los últimos 20 minutos del cotejo, para darle la vuelta al marcador y el triunfo a Santos Laguna. Los mexiquenses se habían adelantado con gol de Luis Quiñones al arranque del complemento.
A los albiverdes les basta el empate el próximo domingo en el Nemesio Diez, para coronarse por sexta ocasión en el fútbol mexicano. El triunfo choricero por un gol de diferencia, mandaría el juego a tiempos extras.
DIABLOS PERDONAN
El arranque del encuentro fue revolucionado por parte de los visitantes, quienes no pudieron finiquitar la serie, al impactar dos disparos en los postes en los primeros 5 minutos.
En primera instancia, fue el colombiano Quiñones, quien reventó el travesaño apenas a los tres minutos, tras una mala recepción de Brian Lozano dentro del área.
Al 5′, Sambueza entró como cuchillo en mantequilla en la zaga verdiblanca y disparó suavemente para vencer a Jona Orozco, pero la de gajos se estrelló en el poste derecho. En el doble contrarremate, Abella evitó el gol escarlata, al parar el disparo de Quiñones y luego de Uribe.
Los de Siboldi no podían reaccionar, ya que sin Cortés en la media cancha, no tuvieron el control de la pelota y batallaron para generar mayor peligro.
La primera de los laguneros cayó al 14′, cuando Djaniny cruzó de más su disparo, que solamente Talavera vio salir por un costado de su portería. La lucha en la media cancha se volvió más intensa y por lo tanto, hubo más fricciones, aunque el silbante Fernando Guerrero, estuvo atento para evitar las jugadas violentas.
Una jugada controvertida se suscitó dentro del área toluqueña, luego de un choque de Salinas con «Cabecita» Rodríguez, pero el nazareno dejó seguir las acciones. La última de peligro, fue de parte del cafetalero Quiñones, quien no pudo darle dirección a su testarazo.
Para la parte complementaria, la tónica fue la misma, con los Diablos Rojos más insistentes y peligrosos, hasta que llegó la apertura en el marcador.
La anotación choricera, más allá de enfriar el ánimo del conjunto santista, los motivó a buscar emparejar la anotación, mientras que los del Estado de México, replegaron sus líneas y fueron más conservadores.
Antes de que se realizaran los primeros movimientos con hombres de refresco, Talavera estuvo en plan grande, al atajar un obús al «Huevo» Lozano y luego en el rechace a Tavares, aunque expuso de más el físico y quedó tendido en su área, para que fuera socorrido por las asistencias médicas.
Vino el empate albiverde y de ahí en más, impulsados por sus aficionados, buscaron la remontada para tratar de irse con la mínima ventaja al infierno.
En un testarazo tras un tiro de esquina, Izquierdoz estuvo cerca de marcar de cabeza, pero la pelota pasó a un costado de la portería visitante.
Llegó la anotación de Furch y le dio trámite al choque de ida. En la reanudación, se fue la iluminación en una torre del sector norte-poniente, el cual fue aprovechado por los protagonistas, para hidratarse por el esfuerzo realizado.
Pero ya no hubo tiempo para más y los Guerreros se alzaron con el triunfo. Las luces del Corona se apagaron, pero la tribuna se iluminó con los teléfonos móviles de los miles de aficionados, en un festejo y celebración que durará, al menos hasta el próximo domingo.
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